Lesión por presión
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QUÉ ES
Las lesiones por presión son un problema común entre las personas que permanecen en la misma posición durante mucho tiempo, ya sea por inmovilidad o como consecuencia de un largo periodo de tratamiento de una enfermedad. Generalmente, las personas mayores postradas en cama y las personas con necesidades especiales son las que más sufren. Los estudios demuestran que, actualmente, el 29% de las personas sometidas a tratamiento, especialmente en casa, requieren cuidados específicos para que la lesión no empeore ni aparezca.
Algunos de los casos se refieren a pacientes con movilidad física reducida o percepción sensorial alterada. También hay personas que dependen de dispositivos médicos y otros artefactos, como el uso constante de collarines cervicales, órtesis, sujeciones mecánicas, catéteres, drenajes, entre otros.
Las lesiones por presión se localizan en la piel en los tejidos blandos, generalmente en los huesos, y la mayoría son dolorosas y necesitan ser tratadas y observadas, ya que son el resultado de una presión intensa o prolongada sobre el tejido que no respira o no se regenera en un manera saludable. Factores como el microclima, la nutrición desequilibrada, las comorbilidades y las condiciones de vida del paciente inciden directamente en la complejidad de la lesión por presión.
Las lesiones por presión se consideran un problema que se puede evitar en hospitales y otros servicios sanitarios, pero siguen siendo muy comunes. Se estima que, de los pacientes con lesiones por presión, alrededor del 10% muere por complicaciones, escenario que podría evitarse o minimizarse hasta en un 95% de los casos.
La principal causa de las lesiones por presión es la falta de movimiento, ya que la presión constante sobre un mismo punto reduce considerablemente la circulación sanguínea del paciente encamado, así como la muerte celular en la zona afectada. Las regiones más afectadas son la zona sacra (por encima del cóccix), la zona del trocánter (parte superior y lateral del fémur), los maléolos, que son los huesos laterales del pie, y también los talones, debido al contacto constante de los pies. hueso con la cama.
PREVENCIÓN
El paciente que sufre una lesión por presión puede ver su estado emocional sacudido, ya que tiene un problema adicional que afrontar. Más que atender el problema, lo importante es prevenir la aparición de este tipo de lesiones. Quien cuida al paciente bajo tratamiento domiciliario, como un familiar, cuidador o profesional de enfermería contratado, tiene la responsabilidad de prevenir y mantener cuidados adicionales para que la situación no empeore y perjudique aún más la condición del paciente. Es importante saber que cuanto más dependiente sea esta persona, mayor será el riesgo de desarrollar lesiones por presión.
Tres factores principales pueden influir en la prevención de las lesiones por presión: la intensidad de la presión, la duración de esa presión y la tolerancia de la piel, incluidos los efectos de la fricción y la humedad.
Existen medidas sencillas para reducir y prevenir considerablemente las lesiones por presión en un paciente. Ellos son:
- Minimiza la intensidad y redistribuye la presión. Es importante recordar que cualquier alivio es útil cuando el paciente permanece en la misma posición o inmovilizado durante muchas horas. Cambiar la posición de la persona en la cama, moviéndola cada dos horas, contribuye en gran medida al confort y al bienestar. Recuerde no arrastrar al individuo sobre la cama al realizar este reposicionamiento; Realiza todos los movimientos con ayuda de una sábana plana o toalla. Mantenga las sábanas y edredones libres de arrugas y asegúrese de que todos los tejidos que rodean al paciente sean lo más suaves al tacto posible.
- Hidrata tu piel frecuentemente utilizando cremas humectantes y evalúa diariamente el estado de todo tu cuerpo, así como las zonas más susceptibles a sufrir lesiones. Ante el menor signo, es fundamental buscar un diagnóstico e iniciar el tratamiento. También es importante contar con orientación profesional sobre tecnologías que reduzcan el riesgo de que las lesiones se vuelvan crónicas.
- La higiene corporal e íntima se debe realizar con jabón neutro (evitar jabones en barra o productos de mayor composición química). Los jabones líquidos son los mejores. Si el paciente depende de pañales, manténgalos siempre secos, libres de humedad. Es imprescindible utilizar un producto considerado barrera para las partes íntimas (nalgas e ingles).
- Los colchones que alternan presiones son buenas alternativas y deben tenerse en cuenta en términos de rentabilidad, además de ser adaptables a cualquier tipo de cama. La aplicación de recubrimientos de espuma y silicona sobre la piel protege las regiones óseas y ayuda a mantener el microclima de la piel, además de prevenir el cizallamiento (cuando las capas de la piel se desplazan, lo que produce tracción, arrugas), proceso causado por la combinación de la gravedad y fricción.
La nutrición también es un aliado importante en el bienestar de quienes sufren lesiones por presión. A través de una dieta equilibrada y una alimentación de calidad adaptada a cada caso, el paciente se mantiene estable y reacciona mejor a los tratamientos, así como a la regeneración de la piel.
Por tanto, sabemos que muchos factores contribuyen a la aparición de lesiones por presión. Algunas condiciones aumentan el riesgo, como grupos de edad extrema (bebés y ancianos), cambios en el nivel de conciencia, mala alimentación o mala calidad nutricional, piel mal hidratada o cuidada, movilidad y humedad de la piel, entre otras.
Se puede utilizar una escala de predicción de riesgos para determinar el riesgo del paciente de desarrollar una lesión por presión. Estas básculas se utilizan en hospitales y también cuando el paciente recibe atención domiciliaria.
DIAGNÓSTICO
Las lesiones por presión se clasifican en etapas y su gravedad depende de su profundidad, exponiendo tejidos como músculos y huesos. Estas lesiones van desde la etapa 1 (sin romper la piel) hasta la etapa 4 (con exposición de músculos y huesos), además de otras clasificaciones técnicas.
El diagnóstico debe ser realizado por un profesional sanitario que tenga conocimientos en esta área.
TRATAMIENTO
Para el tratamiento de las lesiones por presión, es fundamental evaluar la afectación del tejido de la región afectada. También es importante, para mejorar la calidad de vida y contribuir al estado del paciente, el uso de apósitos que aceleren la cicatrización de la piel.
El tratamiento eficiente de una herida depende enteramente de un protocolo de atención total que involucra la correcta evaluación de las necesidades, el control de las comorbilidades, una nutrición equilibrada y dirigida, así como la aplicación de elementos con tecnologías que ofrecen resultados superiores y mejoran la condición física y emocional. del paciente.
La higiene es un factor preponderante. Los procedimientos deben ser adecuados y eficientes, no sólo como factor de prevención, sino también como factor de recuperación de la región afectada por las lesiones por presión. Todo este proceso debe ser realizado por personas capacitadas y capaces de actuar sin comprometer más la salud y el bienestar del individuo.
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